En los últimos meses, mi PC estaba arrancando con lentitud y esto resultaba algo tedioso. Me había acostumbrado a apretar el botón de encendido e irme a hacer un cafetito o lavarme los dientes. De todos modos, estuve indagando un poco y le apliqué un truco y un par de programitas (gratuitos, pequeños y sin complicaciones), y ahora arranca en la mitad de tiempo. De todos modos, antes de hacerlo me encargué de crear mi copia de seguridad periódica completa y, además, un punto de restauración con la función Restaurar Sistema que incluye Windows:
1. Arranca sin parar. Para arrancar Windows XP sin que te pregunte nombre de usuario ni contraseñas ni nada (como se hacía con anteriores versiones), seguí las sencillas instrucciones que dan aquí (en inglés). Este cambio es reversible fácilmente.
1. Limpia el registro. El registro de Windows se llena de porquería por la cantidad de entradas duplicadas y olvidadas que dejan los programas, aunque los desinstales. RegClean es un programa de Microsoft que limpia un poco el registro haciendo una copia de seguridad antes, por si las moscas. Como es automático, limpia lo mínimo, pero te arriesgas menos que si usas otros programas en los que es conveniente saber qué tocas. Y tocar el registro sin saber... tiene consecuencias drásticas.
2. Desfragmenta el registro. El espacio también está desaprovechado y la lectura se ralentiza y, por ende, el arranque de todo el sistema operativo. Yo usé el programa gratuito Registry Defrag —recomendado por varias revistas del sector—, que redujo en un 12 % el tamaño de mi registro y aceleró notablemente el arranque.
Después de aplicar cada uno de estos puntos, apagué y volví a encender para comprobar que todo estaba funcionando como debía. Es mi consejo.
sábado, 13 de febrero de 2010
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